Oscar A. Pérez Sayago
La invitación del Papa Francisco para reconstruir el Pacto Educativo Global (2019) fue un llamado a la Escuela Católica para analizar si nuestra oferta educativa se encuentra conectada con los grandes problemas de la humanidad y forma personas para hacerse cargo de ellos.
Por eso la conversión ecológica constituye un objetivo fundamental para una buena educación (LS, 216 – 221). En torno a la ecología nos jugamos el futuro de la humanidad y las posibles alternativas a otra forma de ser personas y de organizar la vida social, política, económica y cultural, por eso es tan importante promover un cambio ecológico de la educación.
Tenemos que plantearnos qué hacer para que las escuelas católicas sean ecológicas en su vida cotidiana, en el currículo, en la planificación, en la evaluación, en sus relaciones y prácticas. La escuela católica está llamada a trabajar menos para trabajar todos, para vivir con menos y en armonía con la naturaleza a escala planetaria (Rafael Díaz Salazar). También incluye la transformación de nuestra huella ecológica, la solidaridad con los migrantes y refugiados, el reconocimiento de la deuda ecológica, la oposición al consumismo y una nueva organización de los tiempos de trabajo y los tiempos de vida para hacer posible el buen vivir.
En Christus vivit el Papa Francisco ha afirmado que la escuela católica necesita una urgente autocrítica. Y Laudato Si tiene que convertirse en principio y fundamento de nuestros currículos y planeaciones: “un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres (LS, 49).
La propuesta de educación ecológica del Papa Francisco parte de un diagnóstico fundamental: “El problema es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos” (LS, 53). De esta convicción nace su llamamiento a para que la escuela católica dé prioridad a la creación de una cultura ecológica.
Cultura ecológica, educación ambiental, comportamientos ecológicos, educación crítica, educación para el compromiso ecológico y social, son los temas claves que la Escuela Católica debe incorporar en sus propuestas educativas, para hacer creíble y realidad el sueño de Dios transmitido del Papa Francisco: que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza (LS, 244).
Vale entonces que nos preguntemos: ¿Asume la escuela católica los planteamientos de Laudato Sí para organizar, planear y evaluar nuestras propuestas educativas?
